Texto y fotos por Daniel Zaíd @perdidoenbici
Puedes ver la primer galería de retratos aquí
Tras cruzar el Desierto de Altar, la Ruta Chichimeca se adentra en el centro del estado de Sonora donde a pesar de que las temperaturas han aumentado, por lo menos se han reducido las distancias entre puntos de reabastecimiento. En Puerto Peñasco lxs Chichimecas se dividieron en dos grupos: quienes decidieron irse por la ruta planeada, que recorre la costa por Puerto Libertad, o quienes cambiaron el plan y se fueron hacia Caborca. La razón para la desviación fue que les dieron información de que el tramo después de Puerto Libertad estaba en construcción y había una cantidad desconocida de kilómetros de terracería, además de casi 200 km sin abastecimiento. Aún sabiendo esto, un grupo de aproximadamente veinte Chichimecas se aventuró por la costa, donde se encontraron con la hospitalidad de los locales y resultó que había pavimento decente todo el trayecto, además de abastecimiento un poco más cerca de lo esperado, a 130 km.
El grupo de Caborca a su vez se dividió en múltiples grupos: por cuestiones de seguridad y recomendación de las autoridades locales, algunxs Chichimecas decidieron tomar camión a destinos más adelante como Santa Ana o Hermosillo, quedándose un grupo de seis que decidió rodar por Altar a pesar de lo recomendado pero quienes reportan que el cruce fue tranquilo y sin eventualidades.
Karla y yo hemos decidido interrumpir nuestro acompañamiento de la Ruta Chichimeca por nuestro estado hogar por cuestiones que relataremos en la próxima publicación. Cuando supe que el grupo de la costa había decidido tomar hacia Guaymas sin pasar por Hermosillo fui a encontrarlos en la carretera para llevar una refacción que alguien necesitaba, tomarles fotos, y desearles buen viaje. Estos son los retratos de ese grupo.
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Me levanto a las 5 am para salir a cazar a lxs Chichimecas en el poblado Miguel Alemán, donde tenían programado un breve descanso. Cuando les alcanzo aún es temprano, pero les encuentro con su ropa y rostros llenos de sudor: a pesar de la hora, la temperatura ya marca 36 grados centígrados. Sin embargo, lxs Chichimecas no paran de sonreír y bromear y puedo ver claramente que hay lazos que aún no había cuando nos separamos de ellxs hace una semana; hay un aire de comunidad, de camaradería que sólo se genera cuando has atravesado el desierto tomando turnos para taparle el viento a quien viene detrás. Tras dejar al grupito de enfrente en una taquería manejo un poco más para encontrar a quienes venían atrás, y lxs veo en la cada vez más reducida sombra de una pared reparando ponchaduras. En este grupo viene la persona a quien le traigo refacciones, ya que ha perdido tres de los cinco tornillos que sujetan la multiplicación. Intento asistir con la instalación pero saltan manos de sobra y entiendo que mi misión terminó al entregar los tornillos.
Con las bicis funcionando otra vez, el grupo se reúne en la taquería y desayunan quienes aún no lo habían hecho. Es sorprendente lo rápido que sube el sol cuando sabes que estás en una carrera contra él; sin embargo, las personas que ya desayunaron, en vez de irse, esperan a sus compañerxs en varios estados de somnolencia bajo la sombra de un mezquite. Me preocupa la cantidad de kilómetros que tienen por delante para la hora del día que es, pero lxs Chichimecas se encuentran en un estado mental donde han aceptado que esta carrera la tenían perdida desde el inicio, y les comprendo: hace una semana yo era uno de ellxs.
Cuando les veo listxs para irse les pido una foto. Sin decirles más, ellxs se acomodan para una foto grupal, luego cada unx toma su bici y les hago su retrato. Nadie me lo dijo, pero me gusta pensar que ese orden es señal de que el colectivo es primero. Ante la distancia, el viento, el sol, el calor, lxs Chichimecas levantan un brazo en señal de triunfo cuando se paran frente a mi cámara. Esta es su vida elegida, y no parece que ningunx quisiera estar en otro lugar salvo en donde están en este momento.
Lxs Chichimecas montan sus bicis y los veo sumergirse en una ilusión de agua sobre la carretera. Quizá lxs últimos tres alcanzan a oír mi grito de “¡Son mis héroes!”. Tras otro par de fotos yo vuelvo al carro, donde me meto en mi propia ilusión, la de la refrigeración a 24 grados y la velocidad sin esfuerzo.
¡Buen viaje Chichimecas!
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Dios bendiga a mis amigos chichimecas, les mandamos un fuerte abrazo y un saludo desde el poblado la rumurosa . Familia Gómez Álvarez .
Dios los acompañe en esta gran aventura amigos ciclistas, y primero dios nos vemos en Acapulco
También son mis héroes!!!, yo que estoy aquí como dices «…en mi propia ilusión» quisiera estar allá, ¡que bellas imágenes!
¡Gracias! Espero un día puedas unirte o hacer tu propio viaje, aquí estamos para lo que podamos asistir.
Soy , Enedino, de Culiacán, estoy participando en la ruta CHICHIMECA, convivi un poco con ustedes, escribes muy bonito, y gracias x tus atenciones, te leo y me doy más CUENTA del grado de aventura que estoy viviendo, detalles que no notaba, saludos, nos vemos pronto.
Hola Enedino, gracias por tu comentario y efectivamente, lo que estás viviendo es algo memorable y que muchos quisieran vivir. Disfruta el viaje, te deseamos la mejor de las experiencias.
Que chido ver a todos felices!!
Muy de acuerdo, y a pesar de las condiciones hay sonrisa en abundancia.
Nos vemos en San Miguel de Allede,Guanajuato. Rodaré con ustedes unos kilometros. Saludos, gracias!
cada cuando salen hacer la ruta de toda la república x q me interesa salir co ustedes
La salida es en Julio de cada año, es cuestión de saber si quieres empezar en la frontera norte, la frontera sur, o hacer un tramo cuando pasen por tu estado. Busca a Ruta Chichimeca en facebook y ahí ponen fechas de inicio cuando se van acercando. ¡Gracias por la visita!